Un continente cubierto de pasto: ganadería y transformación del paisaje
| Autor | Shawn Van Ausdal, Robert W. Wilcox |
| Páginas | 200-222 |
200
CAPÍTULO VIII
UN CONTINENTE CUBIERTO DE PASTO: GANADERÍA
Y TRANSFORMACIÓN DEL PAISAJE*
SHAWN VAN AUSDAL
ROBERT W. WILCOX
EN 1976 el geógrafo James Parsons censuraba una “manía casi sin sentido
de convertir el bosque en pastizal”1. Con el creciente ruido de motosierras y
la vegetación en llamas aumentaron también las condenas a la ganadería —y
a las hamburguesas— como la principal causa de la deforestación en las re-
giones tropicales de América Latina. A pesar del papel innegable de la gana-
dería como motor de transformación ambiental, este ha sido tergiversado de
dos maneras. La primera es la idea predominante de que el impacto ambien-
tal de la ganadería solo empezó a notarse seriamente desde mediados del si-
glo XX. La segunda es la creencia de que las motivaciones de los ganaderos
para abrirse paso por las selvas del continente no eran fundamentalmente de
carácter económico. Este capítulo busca enmendar estas percepciones mos-
trando cómo el impacto ambiental del ganado tiene una historia mucho más
larga (y variada) de la que se le atribuye, y demostrando que tanto las venta-
jas biológicas del ganado como el aumento en la demanda de carne (sobre
todo interna) fueron factores clave de la descomunal expansión de la gana-
dería. Aunque sabemos que en América Latina se ha criado una gran variedad
de animales —ovejas, cerdos, mulas y llamas, entre otros— nos centraremos
principalmente en el ganado bovino para la producción de carne.
En los albores de la conquista europea, como es sabido, los animales do-
mesticados traídos del Viejo Mundo a América Latina se multiplicaron a un
ritmo vertiginoso. A comienzos del siglo XVI, Alonso de Zuazo aseguraba que
el ganado, puesto en libertad en el ambiente favorable de las Antillas, se mul-
tiplicaría por un factor de diez en un lapso de tres a cuatro años. Sobre las
grandes llanuras del continente —las pampas, los llanos, el cerrado y el norte
* Para citar este capítulo: http://dx.doi.org/10.30778/2019.76. Traducción de Matías Godoy.
1 James J. Parsons, “Bosques vs. pasto: Desarrollo o destrucción”, en Las regiones tropicales
americanas: Visión geográca de James J. Parsons, ed. Joaquín Molano (Bogotá: Fondo FEN Co-
lombia, 1992), 374.
UN CONTINENTE CUBIERTO DE PASTO... 201
de México— las poblaciones bovinas crecieron con rapidez, llegando con el
tiempo a contarse por millones2. El ganado europeo también se adaptó a las
altas mesetas andinas, a las laderas templadas, a las zonas secas y a otros
entornos, y resultó fundamental para el proyecto colonial ibérico, al proveer
fuerza de tracción animal, sebo, cueros y carne propios de lo que Domingo
Sarmiento denominó una “civilización del cuero”3. Durante la Colonia, en
efecto, se destinaron a la ganadería grandes extensiones de tierra, que a me-
nudo habían pertenecido a poblaciones indígenas cuyos números descendie-
ron notablemente (y luego fueron reubicadas).
¿Cuáles fueron las consecuencias ambientales de este auge ganadero?
En uno de los estudios clásicos sobre historia ambiental de América Latina,
Elinor Melville asegura que fueron desastrosas: para nales del siglo XVI, la
proliferación de ovejas en el Valle del Mezquital en el centro de México ha-
bría agotado los pastos y llevado a la deserticación4. Otros académicos, sin
embargo, sostienen que Melville exageró el impacto ambiental de las ovejas
al sobreestimar la cantidad de animales y subestimar la importancia de sus
migraciones estacionales5. Debido al pastoreo selectivo o incluso excesivo, el
ganado europeo sin duda ayudó a alterar la composición de especies en las
sabanas, y las plantas introducidas, aunque a veces fueran beneciosas, tam-
bién alteraron las ecologías locales y podían volverse invasoras, como en el
caso de los cítricos en La Española, y de los cardos (Cynara cardunculus) en
la pampa. Por medio de quemas y de agricultura itinerante, los ganaderos y
los agricultores también facilitaron la expansión de pastos en los márgenes
de los bosques, pero los recuentos de declive ambiental típicos de la historia
ambiental temprana resultan exagerados en cuanto al impacto inicial del ga-
nado sobre los entornos del Nuevo Mundo6. El ganado solía ocupar sabanas
naturales, donde la cantidad de animales rara vez resultó excesiva en rela-
ción con los recursos disponibles. En su mayor parte, los datos sugieren que
2 Alfred Crosby, El intercambio transoceánico: Consecuencias biológicas y culturales a partir
de 1942 (México: Universidad Autónoma de México, 1991).
3 Domingo Faustino Sarmiento, citado en Horacio Giberti, Historia económica de la ganade-
ría argentina (Buenos Aires: Ediciones Solar, 1961), 73.
4 Elinor Melville, Plaga de ovejas: Consecuencias ambientales de la Conquista de México (Mé-
xico: Fondo de Cultura Económica, 1999).
5 Karl Butzer y Elizabeth Butzer, “The Sixteenth-Century Environment of the Central Mexi-
can Bajío: Archival Reconstruction from Colonial Land Grants and the Question of Spanish
Ecological Impact”, en Culture, Form and Place, ed. Kent Mathewson (Baton Rouge: Louisiana
State University, 1993), 89-124; Andrew Sluyter, “Ganadería española y cambio ambiental en las
tierras bajas tropicales de Veracruz, México, siglo XVI”, en Historia ambiental de la ganadería en
México, ed. Lucina Hernández (Xalapa, México: Instituto de Ecologia, A. C., 2001), 25-40.
6 Sin embargo, el efecto de los nuevos ungulados sobre las poblaciones indígenas fue a me-
nudo devastador, debido principalmente a la depredación de cultivos. Véase León García Gara-
garza, “The Year the People Turned to Cattle: The End of the World in New Spain, 1558”, en
Centering Animals in Latin American History, eds. Martha Few y Zeb Tortorici (Durham: Duke
University Press, 2013), 31-61.
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba