El derecho de asociación sindical en la europa actual en medio de una crisis económica: análisis desde el derecho del trabajo
| Autor | Olimpia Del Águila Cazorla/Marjorie Zúñiga Romero |
| Páginas | 509-530 |
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EL DERECHO DE ASOCIACIÓN SINDICAL
EN LA EUROPA ACTUAL EN MEDIO DE UNA
CRISIS ECONÓMICA: ANÁLISIS DESDE EL
DERECHO DEL TRABAJO[314]
OLIMPIA DEL ÁGUILA CAZORLA[315]
MARJORIE ZÚÑIGA ROMERO[316]
I. EL IMPACTO DE LA CRISIS ECONÓMICA
EN EL MERCADO DE TRABAJO
La crisis económica que se viene sufriendo desde 2008 ha acarreado
consecuencias devastadoras en países como España, donde se ha
cebado brutalmente sobre la población trabajadora con una
destrucción de empleo que roza los tres millones y medio de
trabajadores en los últimos cinco años. Ahora bien, como
consideración previa habría que señalar que aunque en el origen de
esta crisis se encuentre en la economía financiera, no es menos
cierto que supera con mucho el ámbito económico para alcanzar
muchas otras esferas. Esta crisis se desarrolla en múltiples planos,
interconectados e interdependientes, y con importantes
repercusiones en el campo de la política, de la cultura económica, de
la filosofía, de los valores sociales, e implica a instituciones
políticas y sociales de diferentes ámbitos. Al respecto, Serrano Sanz
(2011, pp. 16 y 18) subraya que “cuando una crisis es profunda, sea
cual sea el origen, la sociedad termina interpretándola en clave de
fracaso de las instituciones vigentes”. Herrero León (2013, p. 55),
presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía,
reconoce que así está sucediendo en el espacio de la representación
de los agentes sociales y económicos, y manifestó que “en el ámbito
representativo, los agentes económicos y sociales hemos sido
identificados como algo accesorio —no necesarios en la situación
actual—, pero nadie ha aportado una alternativa válida a la labor
representativa de esos agentes”.
La crisis económica ha puesto en evidencia la fragilidad de las
conquistas sociales frente a las fuerzas del mercado. En este
contexto se crea un “estado de excepción económico” en el que
cualquier medida pretende estar legitimada si beneficia a los grandes
índices macroeconómicos, incluso cuando suponga un retroceso de
derechos sociales reconocidos. Las necesidades del sistema
financiero y económico son utilizadas como justificación de la
rebaja de derechos sociales. Tanto la aplicación de tales medidas
como la débil confrontación social se explican desde la percepción
de que son absolutamente necesarias para alcanzar el camino de la
recuperación económica. A este discurso contribuyen de manera
decisiva las instituciones financieras internacionales, en especial el
Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la
Cooperaperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Banco
Central Europeo. Su influencia se manifiesta en las legislaciones
nacionales, en las que queda reflejada la ideología de estas
instituciones y organismos económicos internacionales.
Rodríguez-Piñero y Bravo-Ferrer (2013) señalan que el
pensamiento de estas instituciones económicas prefiere la
competitividad de la empresa, los imperativos del mercado y la
presunta mejora de los niveles de empleo por encima de los valores
tradicionales del Estado social. El modelo económico que
promueven, de marcado carácter neoliberal, antepone los
imperativos económicos a la política social y laboral, quedando esta
como un mero instrumento al servicio de la macroeconomía.
La capacidad de maniobra de los gobiernos nacionales se ve
comprometida desde el momento de solicitar ayuda financiera a
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