Ética y revisoría fiscal
Autor | Jesús María Peña Bermúdez |
Páginas | 255-271 |
La existencia de un marco ético en el ejercicio de la revisoría scal es planteado en
este capítulo, con el cual se puede responder:
1. ¿Por qué la ética y el buen hacer ético son valores intrínsecos del revisor
scal?
2. ¿En qué consiste la ética profesional del contador y del revisor scal?
3. ¿Cuáles causas llevan a los contadores públicos a incumplir o violar los
principios éticos de la profesión?
4. ¿Cuál debe ser el aporte de los contadores públicos para consolidar y
reconstruir la sociedad?
5. ¿Q ué origina la corrupción y falsedad?
6. ¿Q ué posibles soluciones hay frente a la corrupción y a la falsedad?
7. ¿Qué consecuencias acarrea la corrupción para la labor de un contador
público?
8. ¿Qué diferencias existen entre los principios éticos del contador público
colombiano y los emitidos por la IFAC para el contador profesional?
9. ¿Cuáles son las funciones asignadas por la Ley a los revisores scales de las
personas jurídicas que sean contratistas del Estado?
10. ¿Por qué se arma que los contadores están perdiendo la credibilidad y la
conanza pública?
11. ¿La clave para los contadores públicos está en la transparencia?
12. ¿Las normas éticas a que se reere la Ley 1314 de 2009 son diferentes a los
principios establecidos en la Ley 43 de 1990?
Capítulo 17
Ética y revisoría scal
256 REVISORÍA FISCAL
La ética y el buen hacer ético es intrínseco al contador público, a su actuar. Es
inherente a la contaduría como quiera que la honestidad, integridad y objetividad
son sinónimos de equidad e imparcialidad, y sientan las bases sobre las cuales
se levantan las columnas del debe y el haber que sostienen desde 1494 la
infraestructura de la ciencia contable. Son portadas que franquean el acceso al
hombre de bien que se adentra en el espacioso edicio de los hechos y procesos
económico nancieros para conocer, registrar, controlar, evaluar, informar,
analizar, interpretar y concluir.
La verdad es fundamento de lo ético. No se inventa. No es cción. Es realidad. Es
la conciencia de lo moral. No es necesario imponerla sino testicarla, pues toda
verdad es fecunda y solo es preciso sembrarla.
La verdad identica al hombre de bien, constituye un INRI apreciado, deseado,
admirado; sublima al ser humano ya que se deriva del Supremo Hacedor, del
Supremo contador de nuestros actos que también registra en el Haber Celestial
el incremento patrimonial de nuestras buenas obras. La verdad es un superávit o
décit que cada día se debe ajustar con el ejemplo social, la enseñanza universitaria
y la idoneidad en su ejercicio.
Ligada a la verdad está la libertad del bien obrar. Todo ser por naturaleza es
libre pero responsable de sus actos; libre de actuar y de no actuar; de hacer y
de no hacer; de creer y de no creer; de compartir o de aislarse. Pero quien es
libre, también es responsable de sus hechos o de sus omisiones. Como el ser
inteligente es inconforme, reconoce sus limitaciones, pero busca por elemental
conciencia satisfacer sus propias necesidades y busca simultáneamente ayudar a
sus semejantes de manera altruista.
Implícito a su dignidad es el respeto por sí mismo y por cuanto le rodea. La moral
es el baluarte de la ética, el derrotero que guía sus pasos, aquella que permite una
pacíca convivencia humana. El Comité de Ética Financiera (IAFEI) de México
ha denido la ética “como la ciencia que se ocupa de lo que los hombres hacen de
sí mismos; a diferencia de la técnica, que se ocupa de lo que los hombres hacen
con lo que les rodea”136.
El contador público antes que tal, es ser humano. Su profesión es consecuencia de
su existencia, de su educación, de su formación. De mirar hacia el devenir de su
actuar. Hacia el logro de lo que voluntaria y libremente ha decidido escoger para
darle una razón de ser a su existencia.
136 Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas AC. (1993) Principios de Ética para el Ejecutivo de
Finanzas. Ed. McGraw-Hill.
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