Modernidad y cambio civilizatorio - El territorio como poder y potencia. Relatos del piedemonte araucano - Libros y Revistas - VLEX 850926301

Modernidad y cambio civilizatorio

AutorJuan Eduardo Moncayo Santacruz
Páginas73-95
73
Modernidad y cambio civilizatorio
Construir un mapa teórico, una gramática que permita integrar maneras
de sentir, conocer y pensar el territorio, exige articular conocimiento
que ya ha sido hecho y asimilado con el proyecto de conocimiento en
trance de hacerse. Esta polaridad entre el momento de la acción y el
momento del concepto, que caracteriza los procesos investigativos, se
asume en este trabajo mediante cuatro categorías generales que se van
desagregando en subcategorías, las cuales, a su vez, permiten fabricar una
lente a través de la cual se estudia el sistema de cosas cambiantes que
configuran una realidad territorial determinada. Es necesario advertir
—porque los mapas teóricos son arbitrarios, relativos y convencionales,
por corresponder a formas particulares de asumir planteamientos tanto
teóricos como metodológicos que eventualmente permiten abordar
un residuo empírico específico— que lo que aquí se presenta es una
interpretación surgida de la experiencia y del cruce de categorías que, a
mi juicio, permiten dialogar con las realidades de los territorios rurales,
vistos como sistemas abiertos.
Con esta breve advertencia, modelos dominantes, procesos de auto-
determinación, transformación del paisaje y territorio son las categorías
que guían esta investigación. Esto tiene como consecuencia que las triadas
modernidad, desarrollo, Estado nación, y cambio civilizatorio, vida y auto-
nomías territoriales, tratadas en el capítulo sobre configuración territorial,
han de situarse en las complejidades espacial, temporal y organizacional
(Colwell, 1998) en las que se organiza la relación cultura-naturaleza en los
territorios. Por esta razón, si bien se parte, a manera de hipótesis, de que
los anteriores conceptos representan el conflicto histórico entre modelos
dominantes y procesos de autodeterminación, es en el análisis de las causas
proximales y subyacentes de transformación del paisaje (Geist y Lambin,
2001) donde se puede evidenciar el peso histórico de estas tensiones y si
74
El territorio como poder y potencia
los conceptos sugeridos ayudan a comprender los encuentros entre las
dinámicas dominantes y alternativas de construcción territorial.
El territorio se entiende aquí como una emergencia de las relaciones
que se establecen entre lo físico, lo biológico y lo humano y su análisis
se aborda atendiendo a las complejidades espacial, temporal y organi-
zacional, dado que estas dimensiones permiten precisar: los cambios en
la estructura derivados de los procesos de transformación del paisaje;
los acontecimientos naturales, culturales, económicos, sociales y polí-
ticos que los determinaron en cada período histórico; y la conectividad
tanto ecológica como social que ha resultado de un proceso específico
de ordenamiento de las actividades humanas.
En nuestro caso, desde la Conquista hasta la fecha, estas complejida-
des han sido determinadas por el conflicto entre los grandes relatos y los
pequeños relatos. Así, las tendencias de ese largo proceso de diferencias
culturales, desigualdades económicas y desconexiones políticas (García
Canclini, 2004) muestran que, a medida que disminuye la complejidad
ecológica, aumenta la conflictividad social, y que el sistema combinado
naturaleza-sociedad que constituye el territorio es insostenible. Estas
categorías se relacionan en la tabla 5 que se entiende como un referente
abierto a la organización, sistematización y análisis de la información
pertinente sobre los procesos locales y en relación con las dinámicas
globales de poder.
Modelos dominantes y procesos de autodeterminación funcionan
como una doble pinza en los procesos de configuración territorial: los
primeros son producto de las “profundas transformaciones estructurales
que se venían operando en las sociedades occidentales (particularmente
las europeas) desde finales del siglo
xiv
” (Castro Gómez, 1996, p. 124).
Estos, al poner al ser humano en el centro de todo decurso histórico,
terminan revolucionando los sistemas económicos, culturales y políti-
cos para dar paso a “una dinámica social que conocemos con el nombre
de modernidad” (p. 124). Los procesos de autodeterminación, por su
parte, tienen origen en la coexistencia entre algunas prácticas sociales
de comunidades indígenas, negras y campesinas con diversas inter-
pretaciones europeas y latinoamericanas, de modo que, poco a poco,
unas y otras van coincidiendo en que “la verdadera respuesta a la crisis
ecológica solo podrá hacerse a escala planetaria y a condición de que se

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR