Antropología pedagógica, telón de fondo para sujetos pedagogos
| Autor | Marco Fidel Chica Lasso |
| Páginas | 213-234 |
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Capítulo 7
ANTROPOLOGÍA PEDAGÓGICA, TELÓN
DE FONDO PARA SUJETOS PEDAGOGOS
Marco Fidel Chica Lasso
7.1. IntroduccIón
En el contacto real con la vida, la separación entre sujetos
pedagogos y maestros o maestras es una distancia que debe
resolverse. No obstante las diferencias que suelen estable-
cerse entre ambos, señalando que la tarea del primero es más
amplia que la del segundo, a efectos de la presente revisión,
los dos conceptos son unidad. El maestro o maestra, quien es
precisamente un sujeto pedagogo, académico e intelectual,
con saber especializado y con fundamento epistemológico,
conoce, crea, modifica, perfecciona, adapta, innova. Este sujeto
forjador de ciudadanos y ciudadanas ahora está frente a la an-
tropología pedagógica, ubicado en tal realidad por desarrollo
de su quehacer y según la reflexión teórica sobre el campo, en
los últimos tiempos por autores, como Nohl (1950), Jaramillo
(1969), Llobera (1975), Dienelt (1980), Speck y Wehle (1981),
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San Martín (1985), Scheuerl (1985), Menéndez (1990), Benne
(1995), Barrio (1995), Gervilla (2000), Reyero (2000), Kuper
(2001), Carrasco (2002), Herrainz (2003), Gómez (2003), Runge-
Peña (2005 y 2012), Runge-Peña y Muñoz (2005 y 2010), Díaz
(2005), Cardona, Muñoz, Álvarez y Velásquez (2006), Franzé
(2007), Jociles (2007), Niño (2011), Runge-Peña y Garcés
(2011), reflexión que es necesario reconocer y comprender en
perspectiva de su intervención en los cambios sociales, desde
verdades y desarrollos reflexivos y críticos.
La antropología se entiende en general como el estudio del ser
humano en su contexto social y cultural. Desafortunadamente,
se ha visto limitada en la valoración de su importancia, al ser
asociada, por ejemplo, con rastrear e interpretar formas de vida
de comunidades ya extintas —una de sus posibilidades como
arqueología—, pero peyorativamente, dirán algunos; es decir,
la búsqueda de vestigios con la mirada puesta en el pasado sin
implicaciones para el hoy; o en otra opción, se le vincula a sujetos
actuales, cuya vida se desarrolla en ambientes marginales y al
parecer correspondientes a culturas inferiores o, por lo menos,
de nivel más bajo que las de común reconocimiento. Se suma
a ello reducir la antropología a hablar de Otro, lo cual parece
fácil; y porque en algún tiempo esa era la connotación para el
sujeto antropólogo en simplicidad de abordaje, abundaron los
autodenominados estudiosos de este saber.
No obstante, el emerger de la antropología como disciplina
ha puesto nuevas condiciones que dejan en evidencia su propia
complejidad en sus fundamentos, objeto y métodos. La antro-
pología es la “teoría, estudio, discurso, tratado, reflexión sobre
el ser humano” (Runge-Peña, 2005, p. 49), cuyo “objeto es el
hombre” (p. 48). Es una “doctrina que pregunta por la esen-
cia del ser humano” (Bollnow, 1988, citado por Runge-Peña,
2005, p. 50); “doctrina acerca del hombre” (Scheuerl, 1985,
p. 9). Un hombre complejo, partiendo de su definición como
sustantivo animal, “animal racional, animal político, animal
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