Informe regional Meta - Español - El conflicto en contexto. Un análisis en cinco regiones colombianas, 1998-2014 - Libros y Revistas - VLEX 850318251

Informe regional Meta

AutorGustavo Salazar y Ana María Cristancho Amaya
Cargo del AutorAbogado, magister en Ciencia Política e Historia profesor instructor del Departamento de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana/Socióloga, magister en Estudios Políticos y Relaciones internacionales. Actualmente es profesora de cátedra del Departamento de Ciencia...
Páginas345-414
CAPÍTULO 6
INFORME REGIONAL META
Gustavo Salazar1 y Ana María Cristancho Amaya2
INTRODUCCIÓN
El presente capítulo busca exponer la interacción entre los elementos contextuales y la dinámica del con-
icto armado en el Meta durante el periodo 1998-2014, en el cual se hace evidente el paulatino debilita-
miento estratégico del principal actor ilegal del conicto en el departamento, las FARC-EP, como conse-
cuencia de los ajustes estratégicos de la Fuerza Pública y, de manera particular, por el papel protagónico
de la Fuerza Aérea Colombiana a partir de los cambios operacionales y la implementación de nuevas
tecnologías que permitieron una mayor ecacia e impacto en el desarrollo de sus tareas. La superioridad
aérea cambió la correlación de fuerzas, situación que los GAOI no pudieron revertir, no sólo por la im-
posibilidad de realizar ataques aéreos sino, adicionalmente, porque no tenían armas o forma alguna de
contrarrestar el poder de los nuevos medios de guerra. 3.
Adicionalmente, a pesar de las rupturas y maniestas transformaciones en la región, el narco-
tráco, presente de vieja data, y en estrecha relación desde su génesis con las maas de las esmeraldas,
juega aún para el 2016 un papel determinante, tanto en el ámbito económico, como en el desarrollo de la
violencia. Los poderosos núcleos maosos, propietarios de extensas zonas de ganadería y con intereses
importantes en áreas y cultivos de palma africana, se resguardan y ofrecen seguridad a partir de grupos
armados, las Autodefensas Ilegales, y escuadrones de sicarios, se disputan actividades ilegales (princi-
palmente el procesamiento de drogas, hasta el microtráco) y establecen alianzas con élites regionales
y locales, incidiendo en los procesos electorales y la administración pública. En el transfondo, una débil
sociedad civil agobiada por la violencia de los grupos ilegales, que se traduce en débiles movimientos
sociales, el aniquilamiento de alternativas partidistas desligadas de los cacicazgos de los partidos tradi-
cionales, como la Unión Patriótica, y un movimiento campesino amenazado por todos los ancos.
Acompasada y acompasando la transformación de los actores, se encuentra una muy cambiante
actividad económica que pasa de la ganadería y cultivos de pan coger, a la ganadería y las actividades
ilegales en los 80 y 90, hasta conceder un lugar privilegiado a las actividades extractivas, los cultivos agro-
1 Abogado, magister en Ciencia Política e Historia profesor instructor del Departamento de Ciencia Política de la Facultad de
Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Ponticia Universidad Javeriana.
2 Socióloga, magister en Estudios Políticos y Relaciones internacionales. Actualmente es profesora de cátedra del Departamen-
to de Ciencia Política de la Universidad Javeriana.
3 Aguilera, 2013.
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industriales como la palma, en detrimento de los cultivos de coca y la ganadería extensiva tradicional,
en un latifundio recongurado de la mano del despojo liderado por los grupos armados organizados. El
estado de derecho hoy en el Meta, mucho más sólido que al inicio del siglo XXI, consecuencia del sustan-
cial avance en el cumplimiento de los objetivos y principios establecidos en la Constitución política, tiene
en el departamento uno de sus mayores desafíos.
Para presentar el argumento anterior, el texto se encuentra dividido en cinco acápites. El prime-
ro, contextualización y antecedentes, pone de presente tanto las características geográcas, como los
procesos históricos que conguran el desarrollo del poblamiento, la construcción del Estado, las acti-
vidades económicas, legales e ilegales, el mapa político y la presencia de GAOI. Luego, en una línea de
tiempo, se presentan cuatro sub-capítulos correspondientes a distintos períodos, a partir de coyunturas
críticas regionales: 1998 a 2002, 2003 a 2006, 2007 a 2011 y 2012 a 2014. A su vez, cada uno se divide
en tres apartados que pretenden mostrar cómo los factores políticos, económicos y sociales, inciden y
son inuenciados por la dinámica del conicto en cada período. La dinámica de la seguridad marcada
por la acción del estado y su Fuerza Pública, en escenarios donde la presencia de cultivos de coca de-
termina modalidades de acción y en los cuales la Fuerza Pública debe adaptarse a las estrategias de cada
actor y, por último, los procesos, consecuencias y transformaciones que propiciaron la confrontación
en las subregiones establecidas.
El primer período, 1998-2002, está determinado por la declaratoria de la Zona de Distensión al
inicio del gobierno de Andrés Pastrana y el desarrollo de un proceso de paz con las FARC-EP, consecuen-
cia del pulso de fuerza que hasta ese momento parecia favorecer a dicho grupo armado organizado. Los
golpes propinados a las Fuerzas Militares llevaron a las FARC-EP a buscar continuidad en sus planes es-
tratégicos, lo que se traducía en mayores réditos militares, de un lado, así como en el intento por convertir
sus avances en el plano militar en consolidación política. Su equivocada lectura de un Estado en descom-
posición, en proceso de colapso, se amplió a tal punto que autores como Eduardo Pizarro señalaron que
“las FARC-EP disponían de una capacidad sin límites- dados sus inagotables recursos nancieros y la
solidez de su mando central-para expandirse y entrar a controlar extensas regiones” hasta llegar a “ame-
nazar la estabilidad institucional”4. La ZD podía ser entendida como un paso en plena consonancia con
su plan estratégico y en el marco de la denominada “ofensiva nal”5 que corresponde a la última etapa de
crecimiento y máximo auge del grupo armado organizado ilegal (GAOI)6. Sin embargo, y en contravía de
esta opinión, Camilo Echandía sostuvo desde muy temprano que la Zona de Distensión constituye real-
mente, y desde sus inicios, el punto de quiebre de la estrategia de fortalecimiento militar de las FARC-EP7.
Los otros tres períodos corresponden al reposicionamiento de la Fuerza Pública, el paulatino y
continuo declive de las FARC-EP debido a la sostenida actividad estatal y la transformación de los gru-
pos de Autodefensas Ilegales y su enquistamiento en el poder político local y regional, en un contexto de
acelerada transformación de las actividades económicas. Durante el segundo período conuyeron tres
procesos paralelos: El posicionamiento de las AUC, Autodefensas Ilegales en la subregión del Río Meta,
haciendo uso de su estrategia de atacar sistemáticamente a la población civil, con el n de controlar terri-
torios, apropiarse de las rentas y evitar las competencias armadas, en especial de las FARC-EP; el impacto
del accionar de la Fuerza Pública, que comenzó su avanzada desde Cundinamarca, disputando especial-
mente a la guerrilla el control que habían consolidado en el piedemonte; y, nalmente, la resistencia de las
FARC-EP a replegarse.
El tercer período (2007-2011) estuvo marcado, por una parte, por el cierre de la desmovilización
parcial de las Autodefensas Ilegales, las luchas entre sus herederos, la permanencia de las actividades de
narcotráco y la emergencia y consolidación de las Bandas Criminales (BACRIM), grupos con solución
de continuidad en el fenómeno paramilitar. De otra parte, la sostenida cualicación de las FFMM y el
cambio de estrategia de las FARC-EP, orientado a minimizar las pérdidas, mantener control de zona y
4 Pizarro, 2006, pág. 193.
5 Aguilera. 2013.
6 Aguilera, 2013, pág. 100.
7 Echandía, 2000.
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evitar la desarticulación de frentes y compañías. La presión de la Fuerza Pública sobre la estructura orga-
nizacional de las FARC-EP la obligó a volver a la táctica de “guerra de guerrillas”8 y priorizar la movilidad
y aumentar la presion sobre la población civil.
En el fondo del escenario, la expansión y consolidación del cultivo agroindustrial de palma africana.
Finalmente, el cuarto período, 2011-2014, tiene como antesala la muerte en combate de Víctor
Suárez Briceño, alias el Mono Jojoy, máximo responsable del Bloque Oriental, y el inicio de las negocia-
ciones secretas del proceso de paz. Durante este período la Fuerza Pública continúo operaciones focaliza-
das contra comandantes de frente y mandos medios, orientadas a desarticular estructuras y desmoralizar
combatientes, mientras las FARC-EP priorizaron las acciones de bajo esfuerzo militar, principalmente
contra la infraestructura y no contra los civiles9. De manera paralela, y a pesar de los golpes sufridos,
captura y/o muerte de sus máximos responsables, las BACRIM permanecen en el territorio, captan las
rentas del narcotráco, tanto en el procesamiento como la venta minorista e inciden sobre actividades
económicas legales y el poder político local.
Algunos antecedentes para comprender el conicto armado en el Meta
Para comprender el conicto armado en el Meta es necesario partir de las subregiones y sus caracterís-
ticas morfológicas y cómo estas han incidido o determinan su poblamiento, actividad económica prin-
cipal, presencia del Estado y posibilidades prácticas de adelantar la confrontación10. El grupo armado
organizado FARC-EP, de ac uerdo con sus características, le otorgó a cada una de las regiones funciones e
importancia diferentes dentro de su plan estratégico11.
El dep artamento del Meta con una supercie de 85.635 km2, que representa el 7.5% del territorio
nacional, situado principalmente en la región de la Orinoquía, cuenta con 29 municipios y 115 inspeccio-
nes de policía12, ubicados en tres subregiones siográcas: La de occidente, montaña hasta los 4.000 me-
tros, cuenta también con zonas de transición hacia la llanura y la serranía de La Macarena. Su población,
campesina de origen cundinamarqués o boyacense, se ha mantenido, en general, aislada de bonanzas
económicas y sólo durante cortos períodos el territorio se convirtió en teatro de guerra. En municipios
del piedemonte, como Villavicencio –la capital–, Barranca de Upía, Acacías, Castilla la Nueva, Cubarral,
El Calvario, Guamal, Restrepo, San Carlos de Guaroa y San Martín, la presencia del estado es mayor, se
desarrollan la agricultura y la ganadería13. Parte importante de este territorio fue priorizado en el marco
de los procesos de colonización dirigida14 desde los años sesenta y las FARC-EP incorporaron estos terri-
torios a sus planes estratégicos como zona de expansión natural de sus núcleos y como ruta para acercarse
a Bogotá15, denominado “centro de gravedad” por el Grupo Armado Organizado ilegal16.
La segunda, p arte del Escudo Guyanés, vegas y vegones, esencialmente plana, con tierras pobres,
ha visto prosperar la ganadería extensiva, el latifundio y las organizaciones armadas aliadas al narcotrá-
co. La subregión de la ribera del Meta –conformada por Puerto Gaitán, Cubayaro y Puerto López cuenta
con una pequeña población indígena de vieja data, especialmente indígenas Sikuani y Piapocos (alred-
edor de 8.000)17, y una población campesina producto de una colonización diseminada y desordenada
8 Aguilera, 2013, pág. 92.
9 CERAC, 2015.
10 Al respecto, el texto clásico de Hart, 1991, entrega los elementos para entender la importancia de las selvas, montañas y
zonas con pocas vías en el desarrollo de la guerra irregular.
11 Aguilera, 2013, pág. 55.
12 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2009.
13 Instituto Geográco Agustín Codazzi, 2013, pág. 97.
14 González Arias, 2014, pág. 10.
15 Entrevista colectiva con actores informados, 2015.
16 Por “centro de gravedad” debe entenderse un punto que de ser tomado genera la paralización de todo un sistema. Ver
Aguilera, 2013, pág. 100.
17 Ver Situación actual del municipio de Puerto Gaitán, 2011. Informe en el marco del Auto 004 de la Corte Constitucional.

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