Por qué las mujeres se movilizan en contextos de alto riesgo
| Autor | Julia Margaret Zulver |
| Páginas | 31-57 |
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Por qué las mujeres se movilizan
en contextos de alto riesgo
El orden paramilitar instaurado […] implicó un
modelo especíco d e ser mujer que reprodujo
arreglos de género tradi cionales y patriarcales.
Las mujeres debían a comodarse a lo que la
cultura tradicional espe raría de ellas: debían
restringirse al ámbito pr ivado, a sus hogares,
criar a los hijos, cui dar la casa, ser disciplinad as
y mostrarse respetuosa s de la autoridad
masculina y paramilitar. En ese marco, todos lo s
comportamientos y práctic as que no se acogían
al modelo eran conside rados “trasgresores”
y fueron, por tanto, est igmatizados.
También fueron señaladas c omo “chismosas”, y
por ello […] castigadas y sometidas a l escarnio
público: “A las mujeres las castigab a porque
eran muy chismosas. [Los paramilitares]
no gustaban de ver un g rupo de mujeres
sentadas en ningun a parte”.
Centro Nacional de Memoria
Histórica, Mujeres y guerra: víctimas y
resistentes en el Ca ribe colombiano
feminismo de alto riesgo en colombia
Introducción
Participar en acciones colectivas no violentas durante tiempos de guerra
puede resultar peligroso. Los gr upos armados que buscaban el control social
y territorial en Colombia no veían con buenos ojos los intentos de los civiles
de resistirse y rechazar la v iolencia, aunque existe una variación ta nto en la
experiencia de resistencia de los civiles como en los órdenes establecidos de
los grupos armados (véase Arjona, ; Kaplan, ; Masullo, ). Sin
embargo, en su mayoría, estas experiencias no se han a nalizado o diferenciado
usando un lente de género, ni en términos generales (Krause, ) ni en el
caso de Colombia.
Cuando las mujeres se movilizan bajo un orden social impuesto, corren
riesgos adicionales. Transgredir los roles y normas de género aceptados
implica que su trabajo se interpreta como doblemente subversivo. Y cuando
las mujeres se movilizan por la justicia de género, suman u na capa adicional
de riesgo a su acción colectiva; sus objetivos feminista s no solo desafían a los
grupos armados y a las masc ulinidades mi litarizad as que estos despliegan,
sino que además desafían el statu quo. Un lente que dé cuenta de las dinámica s
de poder de género puede revelar que las mujeres están expuestas a violencia
no solo como estrategia de control territorial y social, si no también como una
expresión de retaliación frente a su negativa a doblegarse ante las normas de
género impuestas.
La violencia que enfrentaron las mujeres en Colombia durante el conicto
armado era multifacética e i mpuesta por varios actores, incluyendo los para-
militares, las g uerrillas y la s fuerzas armad as. La violencia sexual era preva-
lente: más de e ventos se han registrado en la Unidad de Víctimas del
país (). Los académicos de la violencia sexual señalan que hay diferentes
motivaciones para las violaciones durante un conicto; Wood () señala
que puede ser una estrategia de guerra i mpuesta de arriba hacia abajo (una
política) o una conducta tolerada que los líderes no evitan (una práctica).
En una línea similar, Davies y True () observan que la violencia sexual y
basada en género en contextos de conicto —y particula rmente la violación—
tiene dos explicaciones principales: puede ser un delito oportu nista facilitado
por el mismo conicto o puede ser una estrategia empleada para obtener
“ganancias o botines de guerra” que facil itan el acceso a los recursos y al poder.
Swaine () nos recuerda que la violencia relacionada con el conicto va
más allá de la violencia sexua l y la violación, y que se extiende a lo largo del
Aunque el informe de Villareal y Ríos () sobre la resistencia no violenta de mujeres en
Chocó, Nariño y Cauca es una excepción importante.
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