Opinión pública y medios de comunicación de masas - Procesos teóricos - Psicología social y política : procesos teóricos y estudios aplicados - Libros y Revistas - VLEX 929297863

Opinión pública y medios de comunicación de masas

AutorElena M. Zubieta, José F. Valencia y Gisela I. Delfino
Páginas247-288
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Virginia García Beaudoux*, Orlando D’Adamo**
y Natalia Aruguete***
* Universidad de Buenos Aires / Universidad de Belgrano / CONICET, Argentina.
** Universidad de Buenos Aires / Universidad de Belgrano, Argentina.
*** Universidad Nacional de Quilmes, CONICET / Argentina.
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Introducción y objetivos
Tanto en sus aspectos teóricos como empíricos, la opinión pública constituye
un fenómeno dinámico y multivariado por su estrecha vinculación con los cambios
sociológicos y tecnológicos que ocurren en las sociedades. Además, cuando se la
considera como objeto de estudio, no puede obviarse el papel de los medios de
comunicación de masas en la difusión de determinadas corrientes y tendencias,
así como en la promoción y facilitación de ciertos climas de opinión.
El concepto de opinión pública, su relevancia y denición son discutidos en
la primera parte de este capítulo. En la segunda sección se presentan diferentes
tradiciones y enfoques que, desde los inicios del siglo XX hasta nuestros días, die-
ron cuenta de la inuencia que ejercen sobre ella los medios de comunicación de
masas. El objetivo de estas páginas es triple. Primero, discutir la noción de opinión
pública. Segundo, comprender su relevancia como fenómeno en el tejido social.
Tercero, analizar diversas perspectivas teóricas que procuraron explicar la relación
entre los medios de comunicación de masas y la opinión pública.
Concepto de opinión pública
La opinión pública es parte de la vida pública y, como tal, constituye un impor-
tante objeto de estudio. Las perspectivas académicas que la estudiaron pueden ser
sintetizadas en dos grandes corrientes de pensamiento. Por una parte, hay autores
que la conciben de modo negativo, argumentando que las opiniones provienen de
ciudadanos mayormente desinformados y que es, además, inconsistente, impre-
decible, peligrosa, altamente volátil e inestable ante el menor cambio contextual
(Lippmann, 1922/1964; Sartori, 1998; Schumpeter, 1955). En la postura opuesta
se ubican los teóricos que mantienen una visión positiva de la opinión pública,
quienes le adjudican sentido y orientación y le otorgan funciones tales como la
de limitar la acumulación de poder político e inuir en el proceso de toma de
decisiones políticas, constituyendo una suerte de “quinto poder” (Mora y Araujo,
2005). Resulta innegable que la opinión pública tiene efectos concretos sobre la vida
social. Es una fuerza de corto plazo que, sin embargo, puede producir consecuen-
cias de largo plazo dado que inuye en cuestiones como el surgimiento de nuevos
liderazgos políticos o la creación de climas sociales que inciden en la durabilidad
y legitimación de gobiernos y organizaciones.
En cuanto a las deniciones, llama la atención la gran cantidad de intentos por
conceptualizarla. Por ello, no existe una denición consensuada y unívoca, sino
que es un tema controversial y polisémico, abordado desde aproximaciones nor-
mativas y losócas (Key, 1961; Palmer, 1936; Sartori, 1992; Tönnies, 1922/1981)
como desde la tradición empírica (Monroe, 1981; Noelle-Neumann, 1995; Price,
1992/1994). En una investigación llevada a cabo en 2007 se encontraron cerca de
treinta conceptualizaciones hechas por diversos autores (D’Adamo, García Beau-
doux y Freidenberg, 2007). Sin embargo, al resultar demasiado amplias en algunos
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casos y muy estrictas en otros, los autores se vieron en la necesidad de estipular
una nueva denición del concepto.
Se propuso entonces denir a la opinión pública como la expresión de cual-
quier colectivo que tenga la capacidad de manifestarse acerca de un objeto de
origen público o privado pero de exposición pública, en un ámbito socialmente
visible (D’Adamo, García Beaudoux y Freidenberg, 2007). La denición ofrecida
intenta responder a cuatro interrogantes que, de mínima, deben contemplarse en
cualquier denición de opinión pública: 1) qué es una opinión, 2) quiénes confor-
man la opinión pública, 3) cuáles son los objetos de la opinión pública y 4) cuál es
el ámbito de la opinión pública. A continuación, se presenta el modo en que los
interrogantes fueron resueltos para el concepto planteado:
1) ¿Qué es una opinión?
Las opiniones, cuando son verbales, son proposiciones que las personas emiten
al hablar con otros y se reeren a lo que piensan o sienten respecto de ciertos objetos
o situaciones. Pero las opiniones también pueden ser manifestadas de modo no
verbal. Por ejemplo, tal es el caso cuando los ciudadanos para apoyar o repudiar un
determinado acontecimiento, autoridad o decisión política recurren a “apagones de
luz”, “cacerolazos”, “bocinazos”, “marchas del silencio”, mensajes virales por Internet,
entre otras formas posibles de manifestación pública. En ese sentido, consideramos
a una opinión como tal en tanto y en cuanto cumpla con la condición de tratarse
de una expresión (verbal o no verbal) abierta, maniesta y visible.
2) ¿Quién conforma la opinión pública?
En referencia al problema del sujeto que opina, creemos que limitarlo al ciu-
dadano obligaría a dejar fuera de esta denición a otros sectores de la población
que también pueden –activamente y según los temas– formar parte de la opinión
pública, como los extranjeros residentes en un país o los niños y adolescentes. Por
ejemplo, en las elecciones legislativas realizadas en la Argentina en 1997, los niños
fueron invitados a expresar cuáles consideraban que eran los derechos prioritarios
que el Estado debía garantizarles. De este modo, cualquier individuo forma parte
del público cuando deende sus puntos de vista o polemiza acerca de un tema con
otras personas, en la medida en que tenga la capacidad de expresarse respecto de
ese tema o problema.
El creciente fenómeno de las redes sociales como espacio de expresión para
ciertos sectores que conforman la opinión pública no puede ser dejado de lado,
siendo además que el número de “conectados” es siempre creciente.
3) ¿Cuáles son los objetos de la opinión pública?
Con relación al objeto o tema sobre el que se opina, hay que tener en cuenta
tanto los puntos de origen como de manifestación. No solo los temas de origen
público son objeto de la opinión pública, sino también algunas cuestiones de origen
privado que alcanzan manifestación pública. Ejemplos del primer caso serían los
referidos a cualquier objeto vinculado a la res pública (por ejemplo, el presupuesto
nacional), mientras que ejemplos del segundo caso serían la situación atravesada
por el presidente Clinton (caso Lewinsky) cuyo comportamiento privado devino

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