Sociedad, vida, violencia - Paramilitarismo. Violencia y transformación social, política y económica en Colombia - Libros y Revistas - VLEX 857250585

Sociedad, vida, violencia

AutorRaul Zelik
Cargo del AutorEscritor, periodista y politólogo alemán
Páginas185-210
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6. SOCIEDAD, VIDA, VIOLENCIA
6.1. rEgímEnEs dEl tError
6.1.1. LA FuncionALidAd de LAs mAsAcres
El 12 de julio de 1997 dos vuelos charter partieron de las poblaciones de
Apartadó y Necoclí en Urabá, atravesaron Colombia en dirección suroriental
y aterrizaron a 700 km de distancia, en San José del Guaviare, la capital del
departamento del Guaviare, considerado entonces fortín de las Farc.
A bordo se encontraban entre 100 y 120 paramilitares de las Autodefensas
Campesinas de Córdoba y Urabá ACCU. Efectivos militares los acompañaban,
tanto en el momento de su partida en Urabá como a su llegada en el Guaviare,
para garantizar que las autoridades del aeropuerto no los controlaran. Des-
pués de aterrizar en San José, los paramilitares de civil abordaron camiones
conducidos por soldados que los transportaron hasta las instalaciones del
Batallón del Ejército Joaquín París, en donde recibieron uniformes y armas.
De allí los paramilitares partieron hacia su objetivo final: las poblaciones de
Charras y Mapiripán, que se encuentran a unos 50 kilómetros de San José, en
el Meta (Corte Interamericana de Derechos Humanos 2005, Uscátegui 20061).
El 14 de julio los paramilitares llegaron a la vereda de Charras, ubicada al
costado sur del río Guaviare, y se desplazaron hasta Mapiripán al día siguien-
1 José Jaime Uscátegui, hijo del general preso, publicó en el 2006 un documental en el que su
padre y otros testigos reconstruyen la masacre. Por este medio, Uscátegui buscaba que el
tribunal encargado exonerara a su padre por complicidad en el hecho. El filme revela que
altos mandos militares de todo el país tuvieron responsabilidad en la masacre.
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Raul Zelik
te, población que ocuparon durante varios días. Allí operó abiertamente un
régimen del terror. A partir de las 7:30 pm, los paramilitares cortaban el sumi-
nistro de electricidad y, aprovechando la oscuridad, llevaban a habitantes del
pueblo amarrados al matadero municipal. La población podía escuchar cómo
torturaban a las personas cautivas. Por lo visto, los paramilitares eligieron inten-
cionalmente el matadero como escenario de la masacre. Ese es el lugar donde
la vida se degrada a simple carne. También los asesinatos fueron “puestos en
escena” como en un sacrificio de reses. Mataron y decapitaron a un servidor de
la comunidad; su cabeza la dejaron en el camino que conducía a la escuela, el
cuerpo lo tiraron cerca de la pista. A otras víctimas las degollaron de tal manera
que se desangraran como animales de matadero. Les cortaron sus miembros,
los descuartizaron, les arrancaron los intestinos, en algunos casos estando aún
vivos. Al final botaron los restos al río Guaviare, borrando no solo las huellas
del crimen sino eliminando completamente a las víctimas. Todo indicio de su
existencia debía desaparecer (Corte Interamericana 2005: puntos 96.30-96.47).
Tan solo el 15 de julio de 1997, los paramilitares seleccionaron mediante
una lista a 27 personas que identificaron supuestamente como colaboradoras
de la guerrilla, llevándoselas luego al matadero para asesinarlas. Allí, a cargo
del asesinato y descuartizamiento de las víctimas estaba un miembro de las
ACCU, conocido con el sobrenombre de “mochacabezas”. Los paramilitares
permanecieron hasta el 20 de julio en la población. En esos cinco días ase-
sinaron a 49 personas aproximadamente —aún no se conoce la cifra exacta
porque muchos habitantes huyeron precipitadamente de la región, sin reportar
la desaparición de familiares o amigos—. Tanto el Ejército como la goberna-
ción departamental estuvieron al tanto de la presencia paramilitar desde el
15 de julio, pero no tomaron ninguna medida para proteger a la población.
Apenas el 22 de julio, cuando los paramilitares estaban llegando a San José
del Guaviare, regresó el Ejército a Mapiripán2.
En febrero del 2000 se presentaron escenas parecidas en El Salado (Sucre).
La Comisión Intereclesial Justicia y Paz (2006) describe los acontecimientos
de la siguiente manera: el 15 de febrero de 2000 los paramilitares mataron a
cinco campesinos en un retén militar cerca de El Salado y desaparecieron a
otros dos más. El 16 y el 17 de febrero, hombres de las AUC aterrizaron en
un helicóptero en pueblos cercanos a esta población, asesinando a otras 42
2 Según el general Uscátegui (2006), las Farc intentaron atacar a los paramilitares el 20 de julio
en San José del Guaviare. Como respuesta, el Ejército emprendió una operación aérea, lla-
mada “Araña”, con el fin de proteger a los paramilitares que estaban acampando muy cerca
de los puestos militares.

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