La gran transculturación del planeta y la difusión mundial del nuevo tipo de estado - Historia Mundial del Estado. El Estado de la doble revolución ilustrada e industrial (1776-2014) - Libros y Revistas - VLEX 927276248

La gran transculturación del planeta y la difusión mundial del nuevo tipo de estado

Páginas315-408
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CAPÍTULO VI
LA GRAN TRANSCULTURACIÓN DEL PLANETA
Y LA DIFUSIÓN MUNDIAL DEL NUEVO TIPO DE ESTADO
En 1770, Europa hacia parte de las diez civilizaciones agrarias del cinturón mediterrá-
neo-surasiático, pero en 1910 brillaba como el hegemón del planeta, mientras en 2014 es
otra vez una entre varias zonas del mundo. ¿Qué significa esta constatación sorpren-
dente? Expresa, sobre todo, que Europa fue el punto de partida de la tercera transforma-
ción básica del Estado, en el marco de la gran doble revolución ilustrada e industrial, que se
difundió desde este punto de partida bajo variaciones en todo el mundo, lo que signi-
ficó necesariamente una re-particularización de Europa al final del proceso. En esto,
algunos pocos precursores industriales como Gran Bretaña, Francia y Alemania trans-
formaron para siempre la cara del planeta con medios diversificados como la con-
quista, la intervención, la emigración masiva, la exportación tecnológica, cultural y
legal lo que nunca contuvo la oportunidad seria de perpetuarse imperialmente des-
pués de haber impulsado la dinámica de transformación, pero la gran transformación
como tal permanece como el resultado perdurable.
HISTORIA MUNDIAL DEL ESTADO: LA 4a FASE (1776-2014)
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1. LA ESTATALIZACIÓN DE LAS SOCIEDA DES PREESTATALES
En contraste con las primeras dos revoluciones de la formación del Estado, que geopolíti-
camente se limitaron al cinturón mediterráneo-surasiático de las civilizaciones con su anexo
andino, la tercera revolución fue la primera revolución global. No solo incluyó a Eu-
ropa y al grupo de sus Estados hijos en las dos Américas, sino también a los tres eco-
sistemas culturales del planeta hasta entonces organizados preestatalmente: el de los
cazadores y recolectores, el de las sociedades agrarias simples y el de los jinetes nóma-
das1378. Mientras que alrededor del año 1800 todavía más de la mitad de la superficie
de la tierra estaba libre del poder estatal, dos siglos después todo el globo terrestre,
con la única excepción de la helada Antártica1379, está organizado estatalmente según el
modelo europeo válido ahora universalmente.
E L P U N T O D E P A R T I D A : L O S C U A T R O
E C O S I S T E M A S C U L T U R A L E S D E L M U N D O E N 1 7 7 5
Mapa 201380
En el trasfondo de la expansión global del Estado soberano se dio una ola inten-
siva de la colonización agraria, que había sido desde siempre la condición clave de la
formación del Estado1381. La estatalización se desarrolló de nuevo acorde con el so-
nido del hacha bajo el cual, en una de las fases de deforestación más extensas y rápi-
das, desaparecieron bosques naturales muy diferentes, como los ecosistemas de euca-
lipto de Australia suroriental, los bosques templados del este norteamericano, las sel-
1378 Véase MARQUARDT, Historial mundial del Estado, tomo 1, op. cit., págs. 19-46.
1379 Tratado sobre la Antártica de 1959. Comp. HERDEGEN, Derecho internacional público, op. cit., pág. 191.
1380 Mapa: Bernd Marquardt.
1381 Véase MARQUARDT, Historial mundial del Estado, tomo 1, op. cit., págs. 63 y ss.
LA DIFUSIÓN MUNDIAL DEL NUEVO MODELO DE ESTADO
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vas mediterráneas de California y Chile, las matas atlánticas de Brasil, el piedemonte
andino, así como las selvas lluviosas de África occidental1382. La expansión de la
agricultura a ecozonas hasta ahora inaccesibles, se hizo posible, en parte, por la trans-
ferencia de los animales y plantas domesticados del viejo cinturón mediterráneo-surasiático,
hasta lugares como Australia, donde antes no había existido ninguna fauna, ni flora
domesticable1383. Por otra parte, fue decisivo el régimen globalizado de la alimenta-
ción, propio de la revolución fósil-energética e industrial, el cual destruyó la estricta
conectividad entre la colonización agraria in situ y la estatalización. En efecto, con la
revolución del transporte que hizo posible atravesar el espacio global con barcos y
ferrocarriles fósil-energéticos, se superaron las dependencias de un pueblo de las con-
diciones locales del respectivo ecosistema, pues los alimentos ahora podían traerse
desde lugares muy lejanos con mejores condiciones para el cultivo. A esto se sumó,
desde los inicios del siglo XX, una multiplicación de la producción agraria mundial
sobre el potencial natural solar-energético, lo que tuvo su explicación en las nuevas
opciones de la subvención fósil-energética de la agricultura mediante fertilizantes in-
dustriales según el Proceso de Haber-Bosch (1915)1384. Esto posibilitó el crecimiento de la
población mundial, la cual pasó de aproximadamente mil millones de seres humanos
en el año 1800 a siete mil millones en el 20141385.
En una primera subfase, que se inició lentamente en los años 1820 y se aceleró en
la década de 1880, numerosas regiones preestatales fueron conquistadas por pocos
Estados europeos y neo-europeos, en especial por el Imperio Británico, Francia, el
Imperio Ruso y los Estados Unidos, con los medios militares de la revolución indus-
trial y el efecto de crear una organización estatal básica. Los conquistadores se autole-
gitimaron con la visión de su supuesta misión de salvar y civilizar a los preestatales,
declarados primitivos.
A) LAS ZONAS DE LA COLONIZACIÓN DESPLAZADORA
Es necesario distinguir dos subtipos de la expansión del poder estatal a las zonas
preestatales. El primero, es una estatalización rápida y completa en la cual la población
preestatal nativa fue desplazada violentamente por expulsiones, concentraciones en
reservas y genocidios, cometidos o tolerados por el Estado colonizador, a favor de
una repoblación con migrantes europeos, que trajeron en su memoria cultural todos
los elementos del Estado europeo. Esta variante pudo observarse especialmente en
zonas con condiciones climáticas comparables con las europeas y aptas para la agri-
1382 MICHAEL WILLIAMS, Deforesting the Earth, Chicago, Univ. Press, 2006, págs. 263 y ss, 318 y ss.
1383 DIAMOND, Guns, germs and steel, op. cit., págs. 131 y ss, 320 y s, 354 y ss.
1384 SMIL, Enriching the Earth, Fritz Haber, Carl Bosch, and the Transformation of World Food Production, op. cit.,
págs. 40 y ss, 61 y ss, 133 y ss.
1385 UNPF (Ed.), State of World Population 2011, Nueva York, UNPF, 2011, págs. 2 y s.

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