La primera revolución parcial (poder y eficiencia): el leviatán soberano del estado nación legislativo-administrativo
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CAPÍTULO III
LA PRIMERA REVOLUCIÓN PARCIAL
(PODER Y EFICIENCIA): EL LEVIATÁN SOBERANO
DEL ESTADO NACIÓN LEGISLATIVO-ADMINISTRATIVO
Quien tenga la suposición de que los Reyes franceses del siglo XVII, bajo la in-
fluencia de la obra literaria de JEAN BODIN de 1576186, habrían realizado el Estado
soberano con el poder directivo omnipotente, tendrá grandes dificultades para conce-
bir en su significado profundo la revolución de la soberanía dada alrededor de 1800. En el
tomo 2 de la Historia Mundial del Estado se ha comprobado que el Reino de la segunda
transformación básica del Estado no había sido soberano en el sentido de los superlativos
del siglo XIX y que el término de BODIN solo había sido usado en un sentido mucho
más moderado e impreciso, en una cercanía a las ideas del Estado judicial, de la mo-
narquía limitada, del monopolio del Estado de la paz interna para definir la violencia
permitida y de la pertenencia inmediata al cuerpo de la Cristiandad europea187.
Tampoco el famoso Leviatán de THOMAS HOBBES de 1651188 era un reflejo de las
realidades de su época, sino que fue un libro radical que presentaba una opinión mino-
ritaria, aunque es preciso distinguir esto del fenómeno de la adopción de HOBBES en
el largo siglo XIX (1776-1917), cuando su libro sobre el Estado monstruo, que devo-
raba a todos los demás poderes políticos189, se volvió útil como una atractiva obra pro-
186 BODIN, Les Six Livres de la République/ De republica libri sex, op. cit. Al respecto: HALLER & KÖLZ , Allge-
meines Staatsrecht, op. cit., págs. 12-14; HATTENHAUER, Europäische Rechtsgeschichte, op. cit., pág. 395;
MARTIN KRIELE, Einführung in die Staatslehre, 5a ed., Opladen, Westdeutscher Verlag, 1994 (traduc-
ción en español: Introducción a la teoría del Estado, Fundamentos históricos de la legitimidad del estado constitu-
cional democrático, Buenos Aires, Depalma, 1980), págs. 46 y ss; MALBERG, Teoría general del Estado, op.
cit., págs. 85 y ss; JACQUES MARITAIN, El Hombre y el Estado, 2ª ed., Ma drid, Fundación Humanismo y
Democracia, 2002, págs. 43 y ss; PETER C. MAYER-TASCH, Jean Bodin, Eine Einführung, Düsseldorf,
Parerga, 2000; HELMUT QUARITSCH, So uveränität, Entstehung und Entwicklung des Begriffs in Frankreich
und Deutschland vom 13. Jahrhundert bis 1806, Berlín, Duncker & Humblot, 1986, págs. 46 y s; REIN-
HARD, Geschichte der Staatsgewalt, op. cit., pág. 12; ZIPPELIUS, Geschichte der Staatsideen, op. cit., págs. 90 y
ss.
187 Véase MARQUARDT, Historial mundial del Estado, tomo 2, op. cit., págs. 129 y ss.
188 HOBBES, Leviathan, or The Matter, Forme and Power of a Common Wealth Ecclesiasticall and Civil, op. cit.
189 Sobre HOBBES y el Estado Leviatán: ALTINI, La fábrica de la soberanía, op. cit., págs. 89 y ss; HORST BRE-
DEKAMP, Thomas Hobbes, Der L eviathan, Das Urbild des modernen Staates und seine Gegenbilder, 1651-2001,
HISTORIA MUNDIAL DEL ESTADO: LA 4a FASE (1776-2014)
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fética. Especialmente respecto a las monarquías autocráticas, basadas en el principio
de la soberanía del monarca (1814-1918), puede reconstruirse una tendencia fuerte a
edificar una legitimidad histórica supuestamente proveniente de los siglos anteriores,
pero también a los liberales ilustrados les gustó aludir a la tradición de un Estado Le-
viatán para legitimar su modelo salvador mediante el contraste con una escalofriante y
negra antítesis190.
Para el interés investigativo de esta Historia Mundial del Estado es muy importante
distinguir exactamente entre las realidades de las respectivas épocas y los mitos y pro-
yecciones que los actores y observadores involucrados usaban, pues de lo contrario, la
radicalización del concepto de la soberanía estatal alrededor de 1800 no va a ser en-
tendible. Fueron precisamente los teóricos republicanos de la revolución francesa,
como el Abbé HENRI GRÉGOIRE (1795)191, los que, siguiendo a los Principios de la ley
natural de EMER DE VATTEL (1758)192, consolidaron la soberanía hasta los grados de
agudeza y exclusividad propios del siglo XIX. La nueva soberanía nacional no toleraba
otros dioses al lado de sí mismo.
Por lo siguiente, se pretende analizar la expansión de la soberanía estatal en siete
dimensiones: las tres grandes victorias del poder estatal, el Estado Nación, el Estado
legislador, la máquina estatal del potente Estado administrativo, el Estado tributario,
los desafíos y el perfeccionamiento del Estado de la paz interna y el Estado intransi-
gente, para concluir con el triunfo del Estado Leviatán.
3a ed., Berlín, Akademie Verlag, 2006; HATTENHAUER, Europäische Rechtsgeschichte, op. cit., págs. 412 y
ss; MALBERG, Teoría general de l Estado, op. cit., pág. 875; MARITAIN, El Hombre y el Estado, op. cit., págs.
48 y ss; LEOPOLDO MÚNERA R., “Las dimensiones del Estado”, en VÍCTOR M. MONCAYO et al.,
Constitución Política y reorganización del Estado, Bogotá, UNAL, 1994, págs. 11-26; REINHARD, Geschichte
der Staatsgewalt, op. cit., pág. 115; CARL SCH MITT, Der Leviathan in der Staatslehre des Thomas Hobbes, 2a
ed., Stuttgart, Klett Cotta, 1995; ZIPPELIUS, Geschichte der Staatsideen, op. cit., págs. 92 y ss.
190 Resumen crítico: “En la oscuridad interna del Leviatán e l Estado oculta a la sociedad como en un
eclipse total. […] El mito de Hobbes es una fantasía concreta que i nvade y absorbe el mundo social
con aparatos e instituciones”; de MÚNERA R., Las dimensiones del Estado, op. cit., págs. 11-26.
191 La déclaration du droit des gens de l’abbé Grégoire, Étude sur le droit international public intermédiaire, 1793/
1795, Imprimerie P. Barbey, 1912. Al respecto: WILHELM G. GREWE, The epochs of international law,
Berlín & Nueva York, de Gruyter, 2000 ( título original en alemán: Epochen der Völkerrechtsgeschichte, 2a
ed., Baden Baden, Nomos, 1988), págs. págs. 415 y ss.
192 EMER DE VATTEL, Le droit des gens ou principes de la loi naturelle, Londres, 1758; en español: El Der echo de
gentes, ó, Principios de la ley natural, Madrid, Ibarra, 1822.
LA REVOLUCIÓN DE LA SOBERANÍA
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1. LAS TRES GRANDES VICTORIAS DEL PODER ESTAT AL
La revolución de la soberanía mostró dos direcciones de expansión, una hacia abajo y
otra hacia arriba. En los siguientes subcapítulos se profundizarán las tres grandes vic-
torias del poder estatal, a saber, la disolución de la comunidad rudimentaria de paz de
la Cristiandad latina en la anarquía de la soberanía interestatal, la soberanización del Es-
tado frente a la Iglesia y la soberanización contra la estructura segmentaria y feudal.
A) LA SOBERANÍA EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES Y SU ANARQUÍA
Cuando estalló la primera ola de revoluciones anti-sistémicas de corte ilustrado
(1776-1825), el concepto milenario de Europa como una Cristiandad integrada alrede-
dor de un Sacrum Romanum Imperium y una Sancta Romana Ecclesia con numerosas reglas
supranacionales limitadoras para el poder estatal, se convirtió en algo incompatible
con el pensamiento secular, mecanicista, atomista, contractualista y soberanista del
programa social-newtoniano que pretendió imponerse con toda la fuerza. Mientras la te-
oría constitucional se orientó en la libertad del ciudadano, la teoría iusinternacional
empezó a enfocarse en la libertad de los Estados.
a) La disolución de la Unión europea medieval y la creación del sistema de San
Petersburgo (1772) y Viena (1815)
Por primera vez, el sistema de Estados cristianos, organizado jurídicamente,
mostró grandes fisuras en las tres Particiones de Polonia-Lituania según los Tratados de San
Petersburgo de 1772, 1793 y 1795, cuando dos monarquías europeas, a saber, el Sacro
Imperio Romano y el ex vasallo polaco de Prusia, en colaboración con el Imperio de
Rusia que tradicionalmente había estado por fuera de la Cristiandad latina, no respeta-
ron más las prohibiciones de la usurpación y de la conquista libre y, por meros inter-
eses expansivos, extinguieron el gran Reino de Polonia-Lituania del mapa político. La
fuerza motriz fue el Reino de Prusia, que ganó así la independencia completa de sus
territorios orientales193, la conexión territorial con sus feudos romano-imperiales en y
alrededor del principado electoral de Brandeburgo y el ascenso al círculo de las gran-
des potencias europeas en lugar de Polonia-Lituania194.
193 Véase MARQUARDT, Historial mundial del Estado, tomo 2, op. cit., págs. 125 y ss.
194 Tratados de San Peter sburgo de 1772, Tratado de San Petersburgo de 1793, Tratados de Grodno de 1793, De-
claración de San Petersburgo de 1794, Tratados de San Petersburgo de 1795, ed. por WILHELM G. GREWE,
Fontes Historiae Iuris Gentium, Sources Relating to the History of the Law of Nations, tomo 2, 1493-1815,
Berlín & Nueva York, de Gruyter, 1988, págs. 613-645. Al respecto: ALEXANDER, Kleine Geschichte
Polens, op. cit., págs. 154 y ss; NORMAN DAVIES, God's Playground, A History of Poland, tomo 1, The Ori-
gins to 1795, Oxford, University Press, 2005, págs. 386 y ss; OLIVER DÖRR, Die Inkorporation als Tatbe-
stand der Staatensukzession, Berlín, Duncker & Humblot, 1995, págs. 204 y ss; GREWE, The Epochs of
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