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El hurto de vehículos en Colombia 2003-2004: un análisis desde la teoría económica del crimen

AutorIsaac De León Beltrán/Eduardo Salcedo Albarán
Páginas235-287

El objetivo de este trabajo es analizar algunos aspectos del hurto de autos en
Colombia, utilizando datos del periodo -. Dicho análisis se realizará
con herramientas de la economía del delito. El hurto de vehículos parece
ser un negocio lucrativo. Por ejemplo, en Australia en el periodo -
fueron hurtados . autos, con un valor promedio cada uno de US$.
(HIGGINS, ). Incluso cuando las cifras sólo hacen referencia a los autos
asegurados, el volumen de vehículos hurtados es relativamente alto. Para ci-
tar un caso, en México entre  y  fueron hurtados . vehículos
asegurados (CROSSWELL, , p. ).
Conviene tener en cuenta que en el Código Penal de Colombia (Ley 
de ) no existe un delito denominado “Hurto de vehículos”. En el Código
únicamente se encuentra tipificado el delito de hurto; por lo tanto, el “hurto
de vehículos” puede ser considerado más como una categoría policial y eco-
nómica que como una jurídica. Este trabajo centra su atención en los casos
en los que el hurto se comete sobre toda la cosa mueble, es decir, en los casos
en los que se hurta el auto completo. Este escrito no se ocupa de los hurtos en
los que el delincuente se apodera de alguna de las partes importantes del auto
* Agradecemos al Coronel JAIME GERMÁN G UTIÉRREZ, Subdirector de la Dijin por su ayuda
en la consecución de los datos. También al Ingeniero CARLOS ALBERTO VARELA por su
colaboración en la consecusión de la información de Fasecolda. A JUAN MANUEL BOTERO
por el procesamiento de los datos.
Quizás lo más importante del análisis económico del crimen es el reconocimiento de una
estructura de incentivos para los actores involucrados. El problema del hurto de vehículos
no será tratado en este texto como un problema moral. En estricto sentido, el hurto de ve-
hículos será analizado como una actividad económica en la que hay un actor criminal que
trata de maximizar su ganancia (BECKER, ; ERLICH, ).
Para el mismo país, la tasa de recuperación es en promedio del %. Esta cifra tan alta de
recuperación tal vez se explica por la poca presencia y consolidación de bandas organiza-
das, o también, por una mayor eficiencia policial. Una alta tasa de recuperación de autos
robados estaría posiblemente asociada a muchos hurtos juveniles. Al parecer, los jóvenes
que hurtan autos por diversión han sido un gran problema en varios países del primer
mundo. Para el caso de Alemania hay evaluaciones que muestran que la introducción de
dispositivos de seguridad, como por ejemplo: el bloqueo de la dirección desde la fábrica,
disminuyó esta clase de delito. Se puede pensar que un papel activo de la legislación para
los fabricantes tiene importantes efectos en el hurto de autos (WEBB, ).
El crimen como ofi cio. Ensayos sobre economía del crimen en Colombia

tales como: motor, caja de transmisión, ruedas, radio, etc. Adicionalmente, por
simplificar, no se analizará en el texto el problema del hurto de motocicletas.
En la tabla del anexo se puede observar el comportamiento del hurto de
vehículos y de motocicletas en los últimos seis años.
El análisis económico del delito es una metodología que supone que los
criminales son actores racionales que tratan de maximizar sus utilidades. El
hurto de autos parece ser una conducta en la que la teoría económica funciona
relativamente bien. En otras palabras, la teoría económica permite explicar,
quizás de un modo más convincente que otras teorías criminales, la conducta
de los actores involucrados en esta conducta delictiva. En esa medida, los
actores analizados son altamente racionales; aplicado al delito en cuestión, no
hay, desde el punto de vista del análisis económico del crimen, algo que pueda
Esto no significa que el hurto de motocicletas deba ser considerado comoun delito menos
importante. Las motocicletas son, por su número, los vehículos más hurtados en el país.
Representan aproximadamente la mitad del total de los vehículos hurtados. Sin embargo,
el valor de dichos vehículos es mucho menor que el valor de los autos. Por ejemplo, una
motocicleta de fabricación nacional, nueva, de cc. de cilindraje cuesta en promedio
en el País unos millones de pesos, mientras que un auto de baja gama de fabricación
nacional cuesta en promedio  millones de pesos (con datos de ). Ésta es quizás la
principal razón por la que el valor esperado de los ingresos de la delincuencia dedicada
al hurto de autos es mucho mayor que los ingresos de la delincuencia concentrada en el
hurto de motocicletas. Al parecer, el hurto de motocicletas es un mercado muy diferente
al del hurto de vehículos. Dichas diferencias radican tanto en modos de operación –modus
operandi– como en las redes de distribución de los vehículos hurtados. Para igualar los
ingresos del sector ilegal de hurto de motocicletas a los ingresos del sector ilegal de hurto
de vehículos, los primeros deben aumentar sensiblemente el número de motocicletas
hurtadas. Los cálculos de Fasecolda parecen mostrar que las organizaciones criminales
especializadas en el hurto de motos compensan el menor valor de las motos con un alto
número de motos robadas (cfr. tabla del anexo). En esta tabla se observa que la proba-
bilidad de robo de las motocicletas es sensiblemente mayor a las probabilidades de hurto
de autos. Quizás ésta sea una de las razones por las cuales el sector asegurador cobra unas
primas de riesgo relativamente altas a las motocicletas.
Las organizaciones criminales no difieren esencialmente de las organizaciones legales.
Así, en ocasiones, las organizaciones criminales no sólo se preocupan por las utilidades
sino que también pueden hacer esfuerzos por expandir su participación en el mercado,
mientras que en otros momentos el propósito central puede ser la supervivencia (SALLE-
NAVE, ).
El hurto de vehículos en Colombia -: “un análisis… 
denominarse “irracional” (BECKER, , pp. a ). Así, el hurto de autos
no será entendido como una desviación de la conducta sino como un trabajo
altamente racional que requiere organización y disposición para el trabajo.
El punto de partida es que los ladrones de autos buscan apoderarse del bien
para luego lucrarse; de este modo, quedan excluidos los casos en que el ladrón
hurta el vehículo para divertirse.
Sin embargo, vale la pena llamar la atención sobre lo siguiente: este modo
de estudiar el crimen no sirve en todas las conductas tipificadas en el Código
Penal. Por ejemplo, no es claro que los delitos sexuales y cierta clase de delitos
contra la vida y la integridad personal sean fácilmente comprensibles a la luz
de los conceptos de la economía. En esos casos parece más acertado el uso
de algunas teoría psicológicas y/o sociológicas. Por lo tanto, debido a que la
motivación de los ladrones de autos tiene una clara orientación económica
(animus lucrandi, en la jerga del Derecho), este delito se presta fácilmente para
el análisis y la aplicación de herramientas de la economía.
Este texto trata de identificar y de describir algunos elementos claves de
la racionalidad criminal asociada al hurto de autos. En esa medida, el trabajo
puede ser considerado como una investigación exploratoria y, por lo tanto, tam-
bién provisional. Este trabajo se puede justificar de varias maneras. La primera
de ellas es que los autos son bienes que tienen un peso importante dentro del
patrimonio familiar, por lo cual su pérdida representa una sensible disminución
en la riqueza de las familias. En algunos casos, el hurto de un vehículo puede
representar también una disminución permanente en el ingreso; lo cual sucede
cuando el vehículo hurtado es una herramienta de trabajo, como por ejemplo,
un taxi o un camión de carga. Esta investigación se puede justificar también,
en segundo lugar, porque las aseguradoras en Colombia cancelan un monto
relativamente alto por siniestros relacionados con el hurto de vehículos. Por
Al parecer, en Estados Unidos un volumen no despreciable de autos es hurtado por di-
versión. No hay evidencia para afirmar que esto también sucede en Colombia. Algunos
autores norteamericanos llaman la atención sobre un importante número de ladrones
de autos no profesionales, incluso llegan a afirmar que muchos de ellos roban autos por
diversión (MANSFIELD, LEROY, NAMENWIRTH, , p. ). Éste parece ser también el
caso australiano, en el cual la mayoría de los hurtos de autos son cometidos jóvenes que
quieren pasear (HIGGINS, ).

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