Los principios de la seguridad social - Una visión integral de la seguridad social - Libros y Revistas - VLEX 950069828

Los principios de la seguridad social

AutorLeonardo Cañón Ortegón
Páginas123-164
MT
123
capítulo quinto
los principios de la seguridad social
El estudio y análisis de los principios de la seguridad social
se refiere a aquellos aspectos de carácter filosófico, político,
administrativo y operacional que inspiran, orientan, regulan
y van determinando el grado de desarrollo de los sistemas
de seguridad social en los diferentes países.
Los principios filosóficos están determinados por aque-
llos valores de carácter político, ético y doctrinario que cada
sociedad le quiere dar a su sistema de seguridad social. Son
los valores y normas filosóficos que la inspiran.
Los principios operacionales están conformados por
normas que regulen la operación misma de los sistemas
de seguridad social, que recogen las particularidades de
su administración en la sociedad y van dando viabilidad y
operatividad a la aplicación de los principios filosóficos, de
manera que a mayor desarrollo de los sistemas de seguri-
dad social, mayor cantidad de normas operacionales para
regular su funcionamiento.
En este capítulo analizaremos los principios básicos o
filosóficos propiamente dichos, lo mismo que los principios
operacionales de la seguridad social, con una referencia
especial al tratamiento del tema en el caso colombiano.
En la reforma de la seguridad social colombiana con-
tenida tanto en la Constitución Política expedida en 1991
como en la Ley 100 de 1993 se incorporaron algunos de los
principios filosóficos, con la orientación propia del sistema
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colombiano, y se agregaron otros principios o normas que
regulan el servicio público de la seguridad social, inspirados
por los esfuerzos realizados por el Estado con el propósito
de introducir reformas en todo el sistema de seguridad
social, pero en particular con mayor desarrollo en el campo
de la salud.
i. principios filosóficos
A. La solidaridad
Esta es un valor humano que está latente y presente en todas
las personas para acudir a solucionar necesidades de sus
semejantes cuando la capacidad individual no es suficiente
para atenderlas.
El principio de la solidaridad constituye la ratio o razón
de ser de la seguridad social y por tanto la piedra filosofal
que la inspira y, en consecuencia, el que va determinando
la finalidad y sus propósitos.
Manifestaciones de solidaridad entre los hombres siempre
han existido. Ejemplos de esto son la creación de institucio-
nes como las asociaciones de amparo mutuo, los erans, que
tuvieron su asiento en Grecia y consistían en asociaciones
de trabajadores con fines de ayuda mutua y religiosa, no
profesionales; cuando el trabajo estuvo a cargo exclusivo de
los esclavos, consistían en asociaciones de carácter general y
no específicamente profesional; las collegia corpora oficie, que
surgieron en Roma y consistían en la agrupación de artesanos
libres, con propósitos mutuales y religiosos, no profesionales,
de expansión colectiva, con el fin de hacer más llevadera la
vida precaria de los obreros, de asistencia a los colegiados y
a sus familiares, y que atendían incluso la celebración de sus
funerales; duraron todo el periodo de 1200 años del Imperio
romano y desaparecieron en el siglo v con la caída de Roma,
como consecuencia de las invasiones de los bárbaros, “pero
reaparecen en la Edad Media con gran auge y brillo bajo el
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nombre de corporaciones o gremios”; las guildas, que sur-
gieron en Escandinavia y se propagaron en la Gran Bretaña
y los pueblos germanos del siglo vii, como asociaciones con
fines de asistencia mutua en todos los aspectos de la vida,
incluso el religioso y el militar. Constituyeron una especie
de familias artificiales, formadas por la conjunción de la
sangre y unidas por el juramento de ayudar a socorrerse en
determinadas circunstancias, sobre principios de solidaridad,
asistencia a los enfermos, honra a la memoria de los muertos,
etc. Los wakoufs desplegaron su acción también en tiempos
remotos y se preservan aún, en los países del Cercano y del
Oriente Medio, como fundaciones piadosas en las cuales el
fundador y sus miembros dedican sus propiedades a Dios
y destinan sus rentas a los hombres1.
Una cosa es evidente en la esencia de estas asociacio-
nes: la mayoría de ellas proporcionaba socorro durante las
enfermedades, ayuda a los indigentes, entierro y sufragio
de sus familiares y subsidios para los familiares de los
muertos. Estas instituciones de solidaridad han tenido di-
ferentes denominaciones, como las asociaciones que fueron
objeto de prohibición por la Ley Chapellier en Francia, las
beneficencias, hospitales, hospicios, ancianatos, montepíos,
bancos y cajas de ahorro, seguros privados y seguro social.
1. Concepto
La solidaridad es un fenómeno natural de interdependencia
entre los individuos de la especie humana, entre los dife-
rentes grupos sociales o entre los miembros de un mismo
grupo social.
La solidaridad es unánimemente aceptada como “principio
básico” o “fundante” de la seguridad social y puede entenderse
en dos sentidos: una solidaridad general en virtud de la cual
1 fajardo, op. cit., pp. 22 y 23.

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