Telón de fondo - Entre la regla y la excepción - Libros y Revistas - VLEX 52332432

Telón de fondo

AutorLuis Carlos Sáchica
Páginas12-14

Tengo una deuda intelectual: con Carl Schmitt, quien despertó mi interés por la excepción, y con Giorgio Agamben, quien me mostró su complejidad.

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En el pantano jurídico croan las ranas jurisprudentes y en la selva aledaña las cacatúas políticas arman un estruendoso guirigay, una alharaca que nadie entiende. Se trata de un prosaico drama en que unos y otros luchan por apropiarse del poder soberano. Es un vulgar choque de poderes para establecer si definitivamente la prelación le corresponde al derecho o a la política. Cuestión que tiene sentido si el derecho y la política no son la misma cosa y se está planteando una falsa e imposible dicotomía.

Los unos ejercen intensamente su poder para arrebatarles a los otros el poder de interpretación de las leyes de que son autores y, por esa vía, anular las decisiones de los que hacen las leyes. Unas veces, eliminando las excepciones que contienen las reglas y, otras, introduciendo en las reglas situaciones no contempladas en las mismas. Lo que equivale en la realidad a ocupar el espacio que corresponde a los legisladores y dejarlos como titulares formales de las decisiones legislativas, transformándolas de decisiones soberanas en resoluciones condicionadas a la confirmación que les da otro poder y, por tanto, reducidas a ser reglas efímeras y discutibles, sospechosas de invalidez.

Esto distorsiona la democracia. Resulta legislando quien no ha sido elegido como legislador y el poder de los representantes del pueblo queda sujeto al criterio de quienes no tiene una representación directa surgida de la elección popular. De este modo, el modelo político sufre una mutación impredecible que desenfoca la gestión del Estado, la hace confusa y crea inseguridad jurídica. Desde luego, también el Estado de derecho, que no es otra cosa que un sistema de distribución de competencias, o sea, de limitaciones a los poderes asignados a cada órbita del poder, resulta igualmente desfigurado.

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Pero, los otros no son tontos. Juegan al desquite. Acuden a su poder constituyente y mediante la expedición de actos reformatorios del estatuto constitucional sustraen al control de los otros las normas y reglas que establecen y garantizan los intereses que quieren proteger y hacer intangibles. Por este procedimiento la Constitución se sigue hinchando y todas las reglas buscan el camino de convertirse en reglas constitucionales intocables.

En ese tejemaneje pierden el derecho y la política. El derecho, porque...

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