La asociación entre probabilidad e incertidumbre - Incertidumbre y riesgos en decisiones financieras - Libros y Revistas - VLEX 426061966

La asociación entre probabilidad e incertidumbre

AutorRafael Bautista Mena
Páginas19-40
La asociación entre probabilidad e incertidumbre
19
RAFAEL BAUTISTA
En el uso cotidiano, la palabra riesgo evoca el miedo a sufrir una pérdida.
Para los propósitos de una discusión formal, es más apropiado referirse
al riesgo como la probabilidad que los resultados de un proceso incierto
no conforme dentro de ciertas expectativas. En particular, es de interés
el conocimiento de los riesgos de sufrir una pérdida de cierta magnitud.
Puede ser, por ejemplo, que los resultados esperados para un cierto negocio
sean de $10.000. Si ese es el marco de referencia, entonces, dependiendo
de la naturaleza del negocio, existe el riesgo positivo que los resultados
sean de $20.000. La existencia de ese riesgo es un incentivo para que los
empresarios consideren la incursión en dicho negocio. También puede
existir un riesgo signicativo que los resultados sean de $5.000. Esa cifra
todavía podría no representar pérdidas económicas, pero se interpreta
como un resultado indeseable, puesto que se encuentra por debajo de
las expectativas.
La falta de certidumbre acerca del resultado que puedan tener decisiones
o acciones realizadas da origen a una serie de actitudes frente al riesgo.
Históricamente, el ámbito de los juegos de azar es el contexto en el cual se
establece de manera más directa la relación entre el riesgo que se asume
y la incertidumbre en los resultados. Cardano (1545 y 1968) matemático
CAPÍTULO 2
La asociación
entre probabilidad
e incertidumbre
Incertidumbre y riesgos en decisiones nancieras
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y, por propio reconocimiento, jugador empedernido11, desarrolló tablas
extensas de los resultados posibles en diferentes juegos con los dados.
Su intento por controlar la incertidumbre inherente a su ación lo llevó a
calcular la proporción de casos a su favor. Así estableció la conexión entre
lo incierto de los resultados y la medida de la incertidumbre mediante el
uso de un proceso de conteo. Para Cardano, su interés se reducía al juego,
y no exploró la noción misma de probabilidad.
El Chevalier de Méré12, (Feuillâtre, 1952) otro jugador empedernido, hizo
del riesgo todo un negocio, en el cual apostaba de manera constante en
juegos en los que sabía que tenía un ligero margen a favor. Uno de sus
juegos, en el cual apuesta a que salga al menos un seis en cuatro lances
sucesivos de un dado. El conteo de todas las posibilidades indica que
este juego tiene una proporción de 51.77% a favor del apostador. Esa
ligera ventaja por encima del 50% le daba suciente conanza a de Méré
para invitar a otros jugadores, más ignorantes que él sobre el uso de las
probabilidades. Por supuesto, siendo el margen a su favor tan pequeño,
de Méré sabía que debía contar con un buen “capital de trabajo”, pues la
suerte podría estar en su contra en trechos largos de lanzamientos sucesivos.
El riesgo de pérdidas económicas es parte integral de toda actividad que
busca hacer riqueza para quienes la emprenden. La existencia del riesgo
se da desde el momento en el cual quien se embarca en un proyecto se
desprende de algo que ya posee, por ejemplo a través de realizar una
inversión, a cambio de una posibilidad de que las cosas marcharán de
acuerdo con sus expectativas. El riesgo se expresa mediante la asignación
de una probabilidad nita de que lo invertido, en parte o en su totalidad,
se pueda perder.
El concepto de probabilidad se encuentra en el centro del discurso
moderno en torno a las nociones de riesgo. El término tiene al menos dos
signicados, uno, el más antiguo, se reere a qué tanta credibilidad se le
puede otorgar a una cierta información o supuesto. Esta interpretación
se encuentra muy cerca de los sentimientos humanos, en cuanto que es
una expresión del viejo instinto que tenemos todos por juzgar el grado de
11. Girolamo Cardano (c.1500 - 1571) contribuyó a la teoría de las ecuaciones algebraicas (Ars
Magna, 1545).
12. Antoine Gombaud (1607-1684). Sus propuestas quedaron en algunas de las epístolas que eran
comunes en los “salones” de la época (s. XVII). Ver Feuillâtre (1952).

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