El capitalismo: origen, esencia y variedad - Sociología de la empresa. Del marco histórico a las dinámicas internas - Libros y Revistas - VLEX 857125165

El capitalismo: origen, esencia y variedad

AutorJean-Pierre Dupuis
Cargo del AutorProfesor titulado de la Escuela de Altos Estudios Comerciales (HEC Montréal)
Páginas23-63
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EL CAPITALISMO: ORIGEN, ESENCIA Y VARIEDAD
Jean-Pierre Dupuis1
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Para hacernos una idea clara del trabajo y su organización, así como de la
empresa y su funcionamiento, es esencial comprender bien la sociedad en
la que vivimos, ya que el trabajo y la empresa son tanto productos de esta
sociedad, como instrumentos que intervienen en su transformación. Por
consiguiente, de acuerdo con los tipos de sociedad, los vínculos existentes
entre el trabajo y ésta adquieren formas diferentes, cuya comprensión se hace
necesaria. ¿Cuál es la naturaleza de estos vínculos en nuestras sociedades
capitalistas? Para responder a esta pregunta, partiremos de un examen de la
naturaleza de la sociedad capitalista y de sus orígenes. Enseguida veremos
que las sociedades capitalistas, aunque compartan algunas características
1 Profesor titulado de la École des Hautes Études Commerciales (HEC Montréal), obtuvo su
doctorado en Antropología en la Universidad de Montreal. Sus investigaciones se concentran
en el modelo de desarrollo económico de Quebec y de las empresas de esa región. Hoy en día
realiza investigaciones sobre los encuentros interculturales en las empresas, una de ellas sobre
las experiencias de los administradores y empresarios franceses en Quebec, y otra relacionada
con los empresarios de Quebec que hacen negocios en el extranjero (Estados Unidos, Fran-
cia, México). Además, investiga acerca de las especicidades de la empresa multicultural en
Montreal. Ha dirigido y codirigido tres libros colectivos: Le modèle québécois de développement
économique (1995), Sociologie de l’entreprise (2007) [1998], y Gestion en contexte interculturel
(2008), con Éduardo Davel y Jean-François Chanlat.
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generales, presentan diferencias importantes, tanto en lo que tiene que ver
con la organización del trabajo y de la empresa, como en lo referente a la
economía en general.
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A menudo el mercado es presentado como la institución que revolucionó el
mundo, ya que dio origen a la sociedad capitalista. La denición del capita-
lismo que da el sociólogo estadounidense Peter L. Berger, en La revolución
capitalista, va en este sentido:
La denición más útil del capitalismo es […] la que se enfoca en lo que
la mayoría de la gente entiende cuando utiliza el término —la producción
para un mercado por individuos o por grupos de individuos emprendedores
con el objetivo de lograr algún benecio. (1992, pp. 5-6)
Ahora bien, según el sociólogo francés Jean Baechler (1971, p. 69), el
mercado es una institución tan vieja como el mundo, y los capitalistas —a
quienes dene como personas “cuya actividad se fundamenta en la esperanza
de un benecio con la explotación de las posibilidades de intercambio”—
han existido en todos los imperios que la historia ha conocido, con muy
pocas excepciones, como el Perú de los incas. En su opinión, lo nuevo de
la sociedad capitalista consiste en que por primera vez en la historia, este
grupo de actores logra imponer a toda la sociedad, gracias a sus prácticas
comerciales, sus valores y su modo de organización. Los capitalistas occi-
dentales lograron explotar al máximo la idea de la eciencia económica
del mercado, lo que signica que las relaciones sociales de intercambio (el
cuidado de los niños, por ejemplo) se enmarcan cada vez más en una lógica
mercantil (intercambio que genera un benecio).
Pero, ¿cómo lograron imponerse los poseedores del capital a los actores
políticos o religiosos que dominaban las sociedades hasta entonces? Y, ¿por
qué nació el capitalismo en Europa y no en otra parte? Surge entonces la
pregunta acerca de los orígenes del capitalismo como modelo de sociedad,
que es importante, porque está ligada al interrogante respecto a las condi-
ciones que favorecieron el surgimiento y el avance de la sociedad capitalista
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jean-pierre dupuis
que muchas sociedades actuales pretenden reproducir. Comprender los
orígenes del capitalismo es, de alguna manera, indicar a estas sociedades
el camino que deben seguir para que se desarrolle el capitalismo, si ese es
su deseo. Miremos pues, con mayor detalle, los orígenes del capitalismo.
Primero que todo, es necesario anotar que la mayoría de los autores
considera mucho más difícil explicar los orígenes del capitalismo que descri-
bir sur características principales. Para el historiador francés Paul Mantoux
(1959, p. 380), los orígenes del capitalismo “retroceden cada vez más en el
tiempo a medida que los estudiamos”. Según el lósofo y sociólogo griego
Cornelius Castoriadis (1975), el estudio de los orígenes del capitalismo
sería insignicante debido al excesivo número de factores y de interrelacio-
nes que se establecen entre ellos. Castoriadis presenta estos orígenes de la
siguiente manera:
Cientos de burgueses, inspirados o no por el espíritu de Calvino y por la
idea de la ascesis intramundana, se dedican a acumular. Miles de artesa-
nos arruinados y agricultores hambrientos están disponibles para trabajar
en las fábricas. Alguien inventa una máquina de vapor, otra persona un
nuevo telar. Los lósofos y los físicos tratan de pensar el universo como
una gran máquina y tratan de encontrar las leyes que lo rigen. Los reyes
que siguen subordinándose y emasculando la nobleza crean instituciones
nacionales. Todas las personas y los grupos sociales persiguen sus propios
objetivos, nadie piensa en la sociedad en general. Con todo, el resultado
es de una naturaleza completamente distinta: el capitalismo. En este con-
texto, no tiene ninguna importancia que este resultado haya sido perfec-
tamente determinado por el conjunto de causas y de condiciones […]. Lo
importante es que este resultado tiene una coherencia que nada ni nadie
esperaba y que nada ni nadie garantizaba ni en sus inicios ni en su conti-
nuación, y que además posee un signicado (o más bien parece encarnar
un sistema cuyos signicados son virtualmente inagotables) que hace que
exista realmente un tipo de entidad histórica como lo es el capitalismo.
(Castoriadis, 1975, p. 62)
Castoriadis tiene razón en lo que se reere al origen accidental del sistema
social que es el “capitalismo”. También la tiene al armar que el capitalismo
tiene coherencia y signicado. Es desde el momento en que un grupo de

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