¿Entrenamiento o formación profesional? - Segunda parte - Management de las empresas. Estrategia y práctica - Libros y Revistas - VLEX 300710398

¿Entrenamiento o formación profesional?

AutorJaime Sicard Ramírez
Páginas253-291
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CAPÍTULO 14. ENTRENAMIENTO O FORMACIÓN
PROFESIONAL?
14.1. Generalidades
J. Paul Getty, fallecido en 1976, fue uno de los más grandes empresarios y
mánagers del siglo XX. Petrolero, hotelero, inmobiliario, aeronáutico, se hizo
multimillonario con sus actividades en Arabia Saudi, Estados Unidos, y el
mundo entero.
Nadie podría dudar de sus consejos y opiniones sobre cómo ser un mánager
exitoso, ya que pocos lo han igualado en su éxito.
En su libro How to be a Successful Executive (versión española por Elena Lampérez,
Iberonet Ed. 1992, págs. 21 y 35) escribe textualmente: “¿Cómo conseguir el
éxito? Para empezar, el individuo en cuestión debe poseer habilidad para los
negocios, imaginación e iniciativa. Debe ser de aquellos que preeren ser el
jefe a ser un actor secundario. Deberá imaginarse que el negocio es una forma
de esfuerzo creativo, y comprender, asimismo, que los principios comerciales
son los mismos si fabrican imperdibles o como rascacielos, por ejemplo…
Su educación será lo más completa posible. Si la obtiene de la Universidad
o de un instituto especializado, y sobre todo de la combinación de ambos, le
proporcionará una perspectiva y una preparación de enormes dimensiones.
Una educación muy especializada es excelente para un especialista. Para el
empresario, el alcance más amplio de su educación debe ser aquel que le
permita dominar los problemas a los que tenga que hacer frente…así pues,
no importa en qué materia se matricule al principio, pero debe aprender
todo lo que pueda sobre todos sus aspectos. En resumidas cuentas, debe ser
una especie de médico general de los negocios, instruído en todo, desde la
Contabilidad hasta el Almacenamiento, hasta el punto que pueda dominar
todos los aspectos de su negocio…
…por otro lado, para cualquier persona que haya terminado sus estudios, haya
completado un curso de posgrado, quiera escalar poco a poco hasta llegar a la
MANAGEMENT EN LAS EMPRESAS - JAIME SICARD RAMÍREZ
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cumbre, o tener más experiencia antes de crear su propio negocio, mi consejo
es muy simple, a primera vista: deberá conseguir un buen trabajo en una
buena empresa y en el campo que haya elegido detenidamente”.
Ahora, entre nosotros en Colombia, es muy común la idea de tratar que el
recién graduado universitario en administración, creé su empresa. Debe ser
“empresario” inmediatamente. ¿Será esto posible o conveniente para él
mismo?; desde luego, es claro que no es lo mismo ser empresario que mánager.
El concepto o palabra empresario” a lo que más se asemeja es a la palabra, por
primera vez acuñada por el economista francés, Jean-Baptiste Say.
Entrepreneur” es –según Say– aquella persona capaz de extraer recursos
económicos de una área de bajo rendimiento y llevarlos a una más amplia y
de alta productividad. (The Economist.com - Apr.27-2009). The Economist. com
cita una denición de diccionario sobre el “entrepreneur”: “one who undertakes
an enterprise, especially a contractor acting as the intermediary between capital
and labour. (Aquel que se encarga, como contratista, de intermediar entre
el capital y el trabajo). “Entrepreneurship” es la colección de habilidades que
posee un “entrepreneur.
¿Es posible que un entrepreneur sea un mánager? Generalmente no lo es; sus
skills son totalmente diferentes. Cuando el mánager posee ciertas cualidades
semejantes a las del entrepreneur, se le llama intrapreneur”, lo cual se reere a
su capacidad para llevar a su corporación de negocios a una nueva aventura
empresarial que le ofrezca mayor productividad.
El entrepreneur no es un profesional, por lo menos en el sentido de requerir
conocimientos cientícos y académicos para predecir y producir resultados. No
requiere de una educación, ni de un entrenamiento. Tampoco es susceptible
de desarrollo. Creo poder armar que sus cualidades son innatas, o adquiridas
en el medio en el cual actúa, muchas veces impelido por las necesidades.
En cambio, el mánager es un profesional, requiere de educación, formación
profesional, y debe ser entrenado. A él es que me voy a referir enseguida.
Pienso que el colombiano promedio, al igual que el latinoamericano promedio,
tiene muy desarrollado su “espíritu emprendedor”. La misma precariedad
de su situación económica promedio, la falta de oportunidades de empleo
creada por la falta de empresas, y la misma realidad que hace que el Estado
sea el principal empleador, obligan al ciudadano promedio a “rebuscarse” un
ocio para vivir, y convertirse en un microempresario (fallido al poco tiempo
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SEGUNDA PARTE: ESTRATEGIA Y PRÁCTICA
de empezar) o en un auto-empleado de sí mismo en la economía informal
(muchas veces delictiva).
¿Por qué no hay empleo?, Perogrullo contestaría: “porque no hay empresas
que ofrezcan ese empleo”. Y, ¿por qué no hay empresas?, o por lo menos: ¿por
qué no hay sucientes empresas que puedan ofrecer empleo a la creciente
población en edad y necesidad de trabajar?
Los izquierdistas de todos los matices contestan la anterior pregunta
enfatizando el papel del Estado, de tal manera que al estatizar las empresas
conviertan a dicho Estado en el empleador más grande, y solucionen las
carencias de los sin–empleo mediante subsidios o sueldos en la burocracia
ocial. Es el “Estado Benefactor”.
Pero, ¿de dónde obtiene el Estado los dineros para cumplir ese papel
benefactor? no hay sino dos respuestas: o convirtiéndose el Estado en
empresario y administrador de sus empresas, para ser él quien produzca los
bienes o servicios necesarios para la vida de la población, y ser él también
el único “vendedor” de esos bienes o servicios; o permitiendo que se creen
y funcionen empresas privadas que cumplan esas funciones, y paguen
impuestos para que el Estado “viva” y sea capaz de cumplir sus funciones
básicas de garantizar la vida, propiedad, seguridad, salud, educación, además
de brindar la estructura logística necesaria para la prestación de los servicios
básicos: educación, energía, vías de comunicación, etcétera.
Es muy sencillo: si no hay empresas privadas que funcionen bien, no hay cómo
pagar impuestos, y no hay cómo ofrecer empleo. El Estado, por sí mismo, es
incapaz de hacerlo, entre otras cosas porque es un pésimo empresario y –
sobre todo– un pésimo “administrador”.
Para que haya empresas privadas que funcionen bien, se necesita (como ya
se analizó anteriormente) un “ambiente” propicio de par te del Estado, que
estimule a las personas capaces para crear, y hacer crecer las empresas. Se
necesita un Estado “Hamiltoniano” (liberal económico), no importando mucho
su nomenclatura política.
Pero, supongamos que existe ese Estado, y que se crean empresas privadas.
Usualmente ocurre que la “mortalidad” de las empresas es muy alta, y el
promedio de vida de ellas (por lo menos en nuestro medio), difícilmente alcanza
al de una persona. ¿Por qué? también hay dos respuestas a este interrogante:
en primer lugar porque la estabilidad de Estado fomentador del empresarismo
es muy precaria. Constantemente se están cambiando las leyes y regulaciones

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