La tipicidad como elemento estructurante de la falta disciplinaria y su relación con algunos principios esenciales y/o categorías dogmáticas del derecho disciplinario
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derecho disciplinario, así como sobre los elementos más preponderantes
desproporcionalidad y parcialidad que con frecuencia minimizan la majestad
de la justicia, con grave detrimento de las personas juzgadas en este ámbito.
Por otra parte, la comprensión sesuda de los elementos estructurantes
de la falta reduce ostensiblemente el margen de precariedad de los juicios
disciplinarios con los consecuentes efectos nocivos para la administración
pública, que con frecuencia asume cuantiosas pérdidas en condenas cuando
se demandan sus actos ante la jurisdicción de lo contencioso administrativo.
1. POR QUÉ LA T IPICIDAD ES U N ELEME NTO ESTRUCT URA NTE Y POR
QUÉ AUTOR ES DESTACADOS LA A BORDAN DOGMÁTICA MENTE
La noción de estructura conlleva la idea de ordenar, organizar, armar o
En efecto, la tipicidad es una parte de un todo que compone el armazón de
una falta disciplinaria.
Como módulo o nodo estructurante de la falta debe estar acompañado de
sustancial y de la culpabilidad; toda vez que si no se integran al menos estos
tres componentes, no habrá conducta reprochable y menos sancionable.
Sin embargo, la reunión de estos tres elementos no se examina de manera
aleatoria, sino que como uno antecede al otro, se hace necesario realizar el estudio
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de la conducta de manera ordenada, de modo que primero se analice la tipicidad,
su vez, esta se consolida, se puede abordar el diagnóstico acerca de la culpabilidad.
La tipicidad se ha analizado desde el punto de vista dogmático por
importantes trat adistas, tanto del derecho penal como del derecho disciplinario,
siendo importante destacar que al hacerlo bajo esa perspectiva, se facilita la
labor de quienes se dedican a la ardua tarea de administrar justicia, porque dota
a los encargados de dicha labor de herramientas conceptuales encaminadas
hacia una concepción genuina de su esencia.
El abordaje metódico de esta área del derecho estimula a sus operadores a
implacable), con el noble propósito de impartir justicia.
El doctor Carlos Arturo 1 ha sido uno de los máximos
exponentes de la dogmática disciplinaria, de la cual se puede decir que es una
herramienta útil para inter pretar y aplicar la ley de manera ordenada y sistemática;
que toma la sustancia de las instituciones jurídicas para agruparlas, jerarquizarlas
servicio del derecho, en aras de una estructura teórica que lo explique.
La dogmática se apoya en todos los métodos de interpretación, así como en
los precedentes jurisprudenciales, hasta conseguir una argu mentación armónica
y coherente que preste un servicio útil para la aplicación de la justicia material
de nuestros tiempos.
Dicho método ofrece soluciones generales que contribuyen a la consecución
de la seguridad jurídica, pero no lo hace de manera estática, en ta nto no aboga
por argumentos pétreos, sino susceptibles de adaptaciones conforme evoluciona
el derecho, sometiéndose también a controles jurisdiccionales cuando sus
planteamientos se insertan en decisiones sometidas a ese control, de ahí que
sea pertinente aclarar que dogmática no es dogmatismo, en tanto este es la
aplicación a ‘raja tabla’ de lo que dice la ley.
Como se mencionó anteriormente, se apoya en los precedentes judiciales,
pero también en el derecho a la igualdad y en el análisis de la realidad social.
Por la manera dogmática en que se desarrolla esta ciencia se facilita la
reformulación de teorías y la eliminación de sus contradicciones, en tanto
al realizar ejercicios epistemológicos, logra completar lagunas, suprimir
1 , Carlos. (2011).
I edición. Bogotá: Universidad Externado.
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